¿Sería distinto si los conductores fueran conscientes de que las aseguradoras no cubren los daños por alcoholemia? Aunque se hacen cargo de los daños a terceros, estos son después reclamados a los asegurados.
PALOMA GARCÍA MORENO 21-01-2014
En los ochenta, Stevie Wonder recordaba: “Si bebes, no conduzcas”. Conducir ebrio es un delito recogido en el Código Penal, pero por lo visto da igual. Ni por las buenas ni por las malas consigue la Dirección General de Tráfico (DGT) erradicar el mal hábito. Según el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, en 2012, el 47% de los conductores y el 51% de los peatones fallecidos en las carreteras españolas habían ingerido alcohol, drogas o psicofármacos. Todo pese a que es archiconocido que conducir bajo sus efectos multiplica por nueve el riesgo de accidente.
Esta conducta, que ha llevado a los tribunales a personajes como Ortega Cano, desgraciadamente no se ha extinguido. Entre 2008 y 2012, los positivos en conductores fallecidos han crecido más de un 7%, pese a que las infracciones llevan aparejadas multas de 500 euros, la pérdida de seis puntos de carné y pena de cárcel, informan en la DGT. La nueva Ley de Tráfico elevará las multas a 1.000 euros para reincidentes y si se duplica la tasa de alcohol. Cabe resaltar que se ha producido un aumento del número de mujeres multadas por alcoholemia, señalan en Dvuelta.
¿Sería distinto si los conductores fueran conscientes de que las aseguradoras no cubren los daños por alcoholemia? Aunque se hacen cargo de los daños a terceros, estos son después reclamados a los asegurados. José Manuel Villar, director de siniestros de Direct, cree que “no vale solo con sancionar, sino que también hay que poner en marcha medidas educadoras”. Esta compañía no cubre los daños del asegurado que conduce ebrio y aunque se hace cargo de los daños a terceros, puede pasar la factura de los gastos a los asegurados. Algo parecido ocurre en Línea Directa, Mapfre, Mutua Madrileña o Axa. Dionisio Babiano, director de siniestros de esta última, percibe que “los resultados serían más efectivos cuanto más disuasorias fuesen las medidas”. Axa tampoco cubre al asegurado bajo ninguna de las garantías voluntarias de daños contratados, aunque sí responde a los perjudicados por seguro obligatorio. No obstante, según explica Tomás Santa Cecilia, director de seguridad vial del RACE, para reclamar al asegurado el coste es necesario que esté recogido en la póliza contratada, resaltado sobre el resto de las cláusulas.
Aunque en general existe una mayor precaución, a juicio de Jesús Monclús, responsable de investigación del Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, otras medidas reeducadoras como las terapias impartidas por mediadores y psicólogos ayudarían a concienciar al núcleo más duro, que lo conforman, paradójicamente, los conductores de entre 31 y 40 años. Y es que casi el 35% de los fallecidos pertenece a este colectivo, frente al 20% de los más jóvenes, según datos de la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial).
Para Línea Directa, la educación en edades más tempranas también es primordial para evitar siniestros. Según cuenta Francisco Valencia, director de gobierno corporativo del grupo, dos de cada tres conductores desconocen la tasa de alcoholemia permitida (más de 0,25 mg/l) y un 94% no conoce el límite penal (0,6 mg/l).
La prevención también puede ser más efectiva que incrementar las sanciones. “Los conductores continúan con este hábito porque existen pocos controles preventivos”, aseguran en Fesvial. Además, recurrir las sanciones por alcoholemia tampoco es baladí. Solo tiene un 2% de efectividad y, de hecho, la gran mayoría de las multas no se recurren, dice Carlos Rial, de Eurosiniestro. “Las pruebas suelen ser claras y contundentes”, explica.
Por el contrario, en Dvuelta, creen conveniente comprobar que el etilómetro está en vigor, si se han respetado los derechos del conductor al pedir prueba de contraste y si se han respetado los tiempos reglamentarios.
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